Actividad 1
Ingresar al siguinte linkhttps://www.youtube.com/watch?v=opSz6u1_i2A&t=1436s
Luego realiza las siguientes actividades:
¿Qué llevó a Copérnico a cuestionar el modelo geocéntrico?
Nicolás Copérnico (1473-1543), publica en 1543
“De las revoluciones de las esferas celestes” en el que desplaza a la Tierra
del centro del Universo, y en su lugar coloca al Sol.
Portada “De revolutionibus orbium caelestium”
El modelo de Copérnico colocaba a la
Tierra en el centro y la hacía girar sobre sí misma para reproducir el día y la
noche:
Modelo heliocéntrico
El siguiente fragmento de las clases de física documentadas, “El
universo mecánico”, describe el modelo de Copérnico para el sistema solar: https://youtu.be/g6EOyRnVRPk
O este algo más extenso dentro de la serie “Grandes genios e inventos de
la humanidad”
Actividad 1. Indaga y expone cuáles
pudieron ser las razones que llevaron a Copérnico a cuestionar el sistema
geocéntrico.
Actividad 2. El modelo
heliocéntrico fue atacado, entre otros, con los siguientes argumentos: Si la
Tierra se mueve, ¿no debería quedarse retrasado un objeto que cae hacia el
suelo? y ¿no deberíamos ver que la posición relativa de las estrellas se
modifica al irse desplazando la Tierra a lo largo de su trayectoria? Plantea
posibles respuestas para cada uno de dichos argumentos.
El principal argumento en contra del
modelo heliocéntrico fue de tipo ideológico, al considerar que dicho modelo
contradecía a la Biblia, a la que las autoridades religiosas consideraban
expresión de la verdad revelada e incuestionable en todos los ámbitos. La
Inquisición incluyó el libro donde Copérnico explica su modelo, De
Revolutionibus, en el Index Librorum Prohibitorum, como “falso y, además,
opuesto a las sagradas escrituras”.
Actividad 3 Extrae del último vídeo cada uno de los grandes inventos de la humanidad y sus respectivos descubridores.
Para muchos, el norteamericano Benjamín Franklin fue el primer criollo que hizo una contribución destacable, en parte debido a que en 1751 publicaron en Europa sus trabajos sobre la electricidad atmosférica.
Me sorprendió que los saberes de los nativos de esta parte del mundo, como los mayas o los incas, no fuesen tenidos en cuenta. Pronto comprendí que pasarían muchos años para que sus conocimientos fueran adecuadamente estudiados, ya que entonces apenas si eran respetados por los representantes del viejo mundo.
El lenguaje y los procedimientos de la ciencia se mostraban exclusivos de cierta cultura, para la cual aquellas personas que no eran occidentales o no llevaban a Europa sus ideas, eran poco apreciadas.
Con esa sombría perspectiva me pregunté cuál habría sido la primera contribución científica hecha por un criollo, pero desde Sudamérica.
Indagué en documentos de la época de Franklin, cuando por aquí aún no se había creado el Virreinato del Río de La Plata y surgió, imponente, la figura de un muchachito enamorado de todos los cielos: el espiritual y el físico.
Nacido en Santa Fe de la Vera Cruz (hoy Santa Fe, Argentina) en julio de 1679, fue bautizado Buenaventura Suárez.
A poco de iniciar su instrucción fue inscripto en la Compañía de Jesús, una destacada órden de la Iglesia Católica, algunos de cuyos miembros realizaron importantes contribuciones a las ciencias.
Como Padre Jesuita, Suárez fue asignado a la misión de San Cosme y San Damián, ubicada en la región guaraní, territorio que en la actualidad es compartido por Argentina, Brasil y Paraguay.
El mismo año en el que nació Franklin (1706), Suárez llega a San Cosme. Entonces pocos sospechaban que Buenaventura, además de su prédica eclesiástica, daría libertad a su curiosidad por los fenómenos celestes.
Fue un auténtico autodidacta. Todo su conocimiento astronómico lo aprendió durante sus cursos para sacerdote; no visitó observatorio alguno ni tuvo contacto directo con instrumentos de ciencia o con astrónomos. La información que utilizó Suárez, la obtuvo de libros que encontró en la misión de Candelaria y en los datos que recibía, por correspondencia, de personas en diversas partes del mundo.
Como carecía de instrumentos para hacer observaciones, decidió fabricarlos él mismo con materiales que conseguía en la región y probablemente con ayuda de los artesanos guaraníes.
Construyó telescopios de diferentes tamaños y distintos aumentos. Como no tenía vidrio para confeccionar las piezas ópticas, talló piedras de cuarzo para usarlas como lentes. Usó algunos para mirar planetas y otros para estrellas; es decir, construyó instrumentos adecuados para cada objetivo.
Manipulaba los telescopios desde el campanario de la Iglesia. Auxiliado por nativos, los sostenía y desplazaba mediante arneses y poleas.
Ubicó relojes de sol y construyó un reloj de péndulo, de extraordinaria precisión (marcaba minutos y segundos) para registrar el tiempo. Fabricó globos terráqueosy globos celestes, aparatos para medir ángulos y otros dispositivos propios de los astrónomos.
Apuntó sus observaciones meticulosamente; el papel y la tinta que usó también los debió fabricar con elementos de la floresta del entorno de su misión.
Con gran destreza, el astrónomo jesuita realizó tareas habituales de un obsevatorio europeo: observó y registró el movimiento del Sol, de la Luna y de los planetas, las fases lunares, los eclipses de Sol y de Luna, y también el movimiento de los satélites de Júpiter.
Además, hizo pronósticos meteorológicos y fue un eximio calculista. Con aritmética y geometría predijo las fechas de ocurrencia de las fases de la Luna y de los eclipses solares y lunares. También construyó un calendario.
En su época, tal colección de datos se llamaba lunarioo calendario astronómico, y abarcaba pocas páginas. Durante 33 años seguidos, Suárez elaboró lunarios: desarrolló una exahustiva tarea de observación, cálculo y divulgación astronómica. No en vano lo llamaban el padre matemático.
Además, determinó la posición geográfica de San Cosme y, con ella, la de cada una de las 30 misiones guaraníes; con esa información construyó el primer mapa de la región.
Por otra parte, sostuvo sus deberes evangélicos y las tareas administrativas de las misiones donde vivió: San Cosme y San Damián, San Carlos, Santa María, Apóstoles, Mártires, Candelaria, y en las ciudades de Corrientes y Asunción. Tuvo tal ánimo y entusiasmo que aún le alcanzó el tiempo para catalogar hierbas, fabricar campanas y asistir a los indígenas, no sólo en lo cotidiano sino en sitauciones excepcionales, como las dos pestesque dejaron millares de víctimas guaraníes (en 1733 y 1736).
Algo más: con la idea de extender su labor a futuras generaciones, Suárez elaboró un lunario extraordinario.
Utilizó sus datos y anticipó día y hora de las fases lunares para todos los meses de todos los años durante 100 años; para el mismo lapso determinó cuándo se verían eclipses de Luna y de Sol desde las misiones y un calendario, año por año a partir de 1739, época en que envío sus manuscritos a Europa para su publicación.
Es decir, construyó un Lunario Centenar, cuyas ediciones europeas son de 1743 (la primera), 1748 (la segunda, desde Lisboa) y 1752 (la tercera, desde Barcelona).
Casi 10 años antes de Franklin, Suárez difundía en el viejo mundo los resultados de su actividad desde el observatorio astronómico que levantó en tierra guaraní. Sus resultados fueron consultados por astrónomos y estudiosos de su tiempo, a la vez que sirvieron para organizar la vida en su comunidad.
Su Lunario Centenar alcanzó circulación internacional, y sus registros de los satélites de Júpiter se incluyeron en las principales tablas de la época, junto con los datos de los primeros observatorios del mundo. Así, Suárez logró que en Europa se tuviese en cuenta a San Cosme, en términos astronómicos, como un sitio destacado del hemisferio sur.
En algo más de 200 páginas, el Lunario Centenartiene gran parte del conocimiento astronómico de la época, escrito en español y con un lenguaje sencillo, sin errores.
Comienza con una cariñosa dedicatoria y luego se presentan tablas de año en año, con los datos mencionados.
Además, incluye una tabla con la posición geográfica de decenas de ciudades del mundo, todas referidas al meridiano de San Cosme. De este modo, podían compararse observaciones hechas allí con las de otros sitios, y viceversa. Por último, presenta un método simple para construir un lunario semejante que cubriese otros cien años.
Más soprendente que la calidad y el caudal de la contribución de Buenaventura Suárez es que la misma, lejos de estar junto a la de Franklin, a quien precede en realidad, permanece semioculta en las páginas de la historia de la ciencia.
Actividad 5 Responde:
- Realiza una biografía de Buenaventura Suárez.
- Enumera cada unas de sus invenciones y describe su utilidad para la astronomía.
- ¿Por qué a diferencia de Franklin, su vida e historia permanece oculta para la ciencia?
Las actividades 4-5 deben entregarse en formato word, las mismas deben realizarse cada 4 personas y solo una persona envía al siguiente correo electronico: gabyescobedo76@gmail-com. Fecha de entrega: 27 de Marzo